sábado, 16 de febrero de 2013

La Incompatibilidad de la Fe y la Ansiedad

Por John MacArthur

Si usted se preocupa, ¿qué tipo de fe manifiesta? “Poca fe,” según Jesús (Mateo 6:30). Si
usted es un hijo de Dios, por definición tiene un Padre celestial. Actuar como si no,
nervioso preguntando: “¿Qué voy a comer? ¿Qué voy a beber?. ¿Qué voy a vestir?” Es
actuar como un incrédulo a los ojos de Dios (vv. 31-32).
Los cristianos que se preocupan creen que Dios puede redimirlos, romper las cadenas de
Satanás, llevarlos del infierno al cielo, ponerlos en Su reino, transformar su propia naturaleza, y
darles vida eterna, pero no creer que El pueda sostenerlos por el próximo par de días. Eso es
bastante ridículo. Podemos creer en Dios por un don más grande y luego tropezar y no creerle
en uno menor.
La Preocupación Arremete Contra Dios
Alguien podría decir: “¿Por qué hacer una gran cosa de la preocupación? Es sólo un pecado
trivial.” No, no lo es. Sospecho que muchas enfermedades mentales y algunas enfermedades
físicas están directamente relacionadas con la preocupación. La preocupación es devastadora.
Pero más importante que lo que la preocupación hace en usted es lo que hace a Dios. Cuando
se entregas a la preocupación usted está diciendo, en efecto, “Dios, yo no creo que pueda
confiar en Ti.” La preocupación da un golpe en la persona y el carácter de Dios.
El Preocupado No Cree en la Escritura
Me rompe el corazón al oír a algunos cristianos decir: “Yo creo en la infalibilidad de la
Escritura,” pero luego viven como preocupados perpetuos. Eso es hipocresía descarada. Es
incongruente decir lo mucho que cree en la Biblia y vivir en la duda y la preocupación de que
Dios no cumplirá lo que ha dicho en ella.
El Preocupado Se Deja Dominar Por las Circunstancias
Cuando usted o yo nos preocupamos, estamos eligiendo ser dominados por las circunstancias y
no por la verdad de Dios. Las incertidumbres y las pruebas de la vida palidecen en comparación
con la grandeza de nuestra salvación. Jesús quiere que nos demos cuenta de que no tiene
sentido creer que Dios puede salvarnos del infierno eterno, pero no nos puede ayudar en los
asuntos prácticos de la vida. El apóstol Pablo refleja un deseo similar en Efesios 1:18-19.
Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la
esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y
cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a
la eficacia de la fuerza de su poder,

Cuando usted se vea atrapado en la preocupación, regrese a las Escrituras y que sus ojos sean
abiertos de nuevo.
El Preocupado Desconfía de Dios
Cuando nos preocupamos, no estamos confiando en nuestro Padre celestial. Eso quiere decir
que no lo conocemos lo suficientemente bien. ¡Ánimo! hay un remedio eficaz: el estudio de la
Palabra de Dios para descubrir quién es realmente y cómo Él ha suplido las necesidades de Su
pueblo en el pasado. Eso va a edificar su confianza en El para el futuro. Manténgase fresco en la
Palabra de Dios cada día para que su verdad este constantemente en su mente. De lo contrario
Satanás tiende a moverse en el vacío y tentará a preocuparse por algo. En su lugar, permita que
el registro de Dios en la Escritura y en su propia vida le asegure que la preocupación es
innecesaria debido a la bondad de Dios, insensata a causa de la promesa de Dios, inútil a causa
de su impotencia para hacer algo productivo, y falto de fe, ya que es característico de los
incrédulos.
Mañana vamos a ver la razón final de Jesús para no tener de que preocuparse por esta vida.
(Adaptado de Anxious for Nothing .)

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